El carcinoma hepatocelular es responsable de la mayoría de los cánceres del hígado. Este tipo de cáncer es más frecuente en los hombres que en las mujeres y generalmente se diagnostica a personas de 50 años de edad o más. En la mayoría de los casos, la causa del cáncer hepático es el daño prolongado y la cicatrización del hígado, a esto se le conoce como cirrosis.

Los síntomas del cáncer hepático ser:

• Dolor abdominal o sensibilidad
• Tendencia al sangrado o a la formación de hematomas
• Agrandamiento del abdomen
• Coloración amarillenta de la piel o los ojos
• Pérdida de peso inexplicable
• Diarrea crónica.

El tratamiento depende de cuán avanzado esté el cáncer. Se puede realizar cirugía si el tumor no se ha esparcido. Antes de la cirugía, el tumor se puede tratar con quimioterapia para reducir su tamaño. Esto se hace inyectando el medicamento directamente en el hígado con una sonda o administrándolo de manera intravenosa.

Los tratamientos con radiación en la zona del cáncer también pueden ayudar. Pero en personas que tienen cirrosis u otras enfermedades hepáticas es difícil llevar a cabo la radiación.

Un trasplante de hígado se puede recomendar para ciertas personas que tienen tanto cáncer como cirrosis. Si el cáncer no se puede remover quirúrgicamente o si se ha esparcido más allá del hígado, no hay probabilidad de una cura a largo plazo. En su lugar, el tratamiento se enfoca en mejorar y extender la vida. En ese caso, el tratamiento se basa en utilizar fármacos conocidos como inhibidores de las células cancerígenas.