La hepatitis es una inflamación del hígado. La hepatitis C generalmente se disemina a través del contacto con fluidos corporales; su período de incubación, su evolución y su síntomas son similares a los de la hepatitis B.

Algunas personas podrían experimentar uno o más de los siguientes síntomas:

• Dolor de cuerpo, fiebre, diarrea o náuseas (síntomas gripales)
• Cansancio extremo
• Falta de apetito o pérdida de peso
• Orina de color amarillo oscuro
• Evacuaciones claras
• Dolor de estómago, especialmente del lado superior-derecho del abdomen
• Coloración amarillenta de los ojos y la piel

Su médico puede recomendarle determinados cambios en su forma de vida. Estas medidas le ayudarán a mantenerse sano durante más tiempo y a proteger la salud de otras personas también:

• Deja de beber alcohol. El alcohol acelera el avance de la enfermedad hepática.
• Evita medicamentos que puedan provocarte daños hepáticos. Revisa con el médico los medicamentos que tomas, incluidos los medicamentos de venta libre así como también los preparados a base de hierbas y los suplementos dietéticos.
• Ayuda a evitar que otras personas estén en contacto con tu sangre.

Si crees que corres riesgo de padecer hepatitis C, consulta con tu médico. Una vez que te diagnosticaron la infección por hepatitis C, es probable que el médico te derive a un especialista en enfermedades hepáticas.