Helicobacter pylori

La Helicobacter pylori (Hp) es una bacteria que infecta, está relacionada con enfermedades gastrointestinales como gastritis crónica y úlcera gástrica o duodenal; vive exclusivamente en el estómago humano y es el único microorganismo que puede resistir el ácido gástrico.

Su capacidad de infección es amplia, se dice que afecta al 50 % de la población mundial y aunque la mayoría de las personas infectadas no presentará nunca síntomas, puede producir irritación en el estómago o gastritis manifestada por acidez, náuseas, sensación de plenitud, hinchazón abdominal, entre otros.

Debido a que la hiperacidez puede relacionarse con desarrollo de cáncer gástrico, esta bacteria, al favorecer un estado de irritación gástrica por ácido, se ha relacionado con predisposición al cáncer de estómago; sin dejar de mencionar otros factores de riesgo como gastritis crónica, edad mayor a 40 años, sexo masculino, dieta rica en alimentos salados, ahumados o mal conservados y pobre en frutas y verduras, tabaquismo, anemia perniciosa, antecedentes de cirugía de estómago por padecimientos benignos y antecedentes familiares de cáncer de estómago. La prevalencia de infección por Hp es más de 2 veces superior en hijos de madres con antecedentes de úlceras pépticas o duodenales que en madres sanas.

El diagnóstico se realiza mediante pruebas como el test de aliento, determinación de anticuerpos en sangre e identificación por heces y endoscopia gástrica con biopsia, siendo esta última la mejor opción cuando se trata de diagnóstico de primera vez.

En personas con úlceras gástricas o duodenales activas, gastritis atrófica, en los que tengan antecedentes de úlcera y estén en tratamiento con AINE (antiinflamatorios no esteroideos), tras cirugía de cáncer o linfoma gástrico, en parientes de primer grado de pacientes con cáncer gástrico, o en sujetos en tratamiento con ácido acetilsalicílico (aspirina) a dosis bajas que hayan tenido úlceras o hemorragia digestiva y se detecta la presencia de la bacteria, es imprescindible dar tratamiento de erradicación.

El tratamiento habitualmente consiste en la combinación de dos antibióticos junto con un protector gástrico durante una semana, aunque dada la alta frecuencia de la infección, se han detectado casos de resistencia a antibióticos y se puede llegar a requerir de terapia triple o cuádruple (tres o cuatro antibióticos). A partir de las 4 semanas de la erradicación es importante realizar una prueba diagnóstica, generalmente el test del aliento, para la confirmación de la eliminación de la bacteria.

Como medidas profilácticas para evitar la propagación de la infección se recomienda lavarse las manos después de usar el baño y antes de comer, comer alimentos preparados adecuadamente, beber agua de fuentes limpias y seguras.

Si presenta síntomas como acidez, ardor, malestar en boca del estómago, hinchazón abdominal, es importante realizarse una endoscopia. Recuerde que la mejor medicina es la PREVENCIÓN; no dude en consultar a su médico.