Inflamación aguda de la membrana mucosa del intestino, casi siempre secundaria a una causa infecciosa. Los agentes infecciosos más frecuentes incluyen Salmonella, virus y, en ocasiones, parásitos. Las vías de infección suele ser a través de alimentos o agua contaminados o manejados con poca higiene.

Los síntomas frecuentes son diarrea liquida o semilíquida, dolor abdominal y fiebre.

El problema más común con la gastroenteritis es la deshidratación. Ocurre si no ingiere suficientes líquidos para sustituir los que se pierden con los vómitos y la diarrea. La deshidratación es más común en bebés, niños pequeños, ancianos y personas con un sistema inmunitario débil.

¿Cómo se puede evitar?

  1. Evitar la ingesta de alimentos mal refrigerados dentro y fuera de casa, ya que el calor los descompone rápidamente. Entre lo más comunes están todos los que contengan lácteos o derivados y las verduras.
  2. Trate siempre la carne cruda de la siguiente manera: Envuélvala en bolsas de plástico en el mercado para evitar que la sangre escurra sobre el resto de los alimentos y refrigere los alimentos de inmediato.
  3. Evite comer carnes crudas o poco cocinadas.
  4. Asegúrese de que los alimentos alcancen la temperatura correcta de cocción.
  5. Evite comer huevos crudos y leche no pasteurizada.
  6. Asegurar un correcto lavado de manos antes de comer y después de ir al baño.
  7. Si convive con mascotas, tomar las medidas de higiene necesarias al preparar alimentos y al comerlos.

La enfermedad se resuelve de cuatro a siete días, sin embargo, pueden pasar varios meses para que los intestinos vuelvan a la normalidad.

Tratamiento

La rehidratación es la base del manejo. Se recomiendan líquidos, con un balance adecuado de electrolitos. En algunos pacientes con diarrea intensa, puede ser necesario recurrir a líquidos intravenosos.

Se utilizan antibióticos para algunas infecciones bacterianas específicas.

Dr, Ernesto Duarte Tagles